martes, 21 de julio de 2009

NO HAY QUE PASAR DE PRISA



El fin de semana que acaba de pasar con lunes festivo incluido con motivo de la celebración de la independencia de nuestra Colombia, nos fuimos, como casi todos los fines de semana que tienen puente, a la casa que mi papá tiene en el campo, a la casa en la que yo y mis hermanas crecimos, nuestra casa de la infancia que mi papá aun hoy conserva y que yo deseo y espero siga conservando.
Que tiene de especial esto???? Pues que mi Ale disfruta mucho de estos paseíllos, de poder mirar de cerca las vacas y los cerdos que mi papá tiene en casa, que disfruta siendo libre lejos del ruido y del encierro de la ciudad para respirar el aire puro y fresco que yo respire desde que era una niña.
Alejandro se maravilla viendo tanto verde, con cada pajarito que mira volar y acercarse a la casa y que trata de alcanzar corriendo.
Con las abejas que extraen el néctar de las flores que mi mamá tanto cuida y que Alejandro miraba muy contento pues eran las mismas que había visto antes en las laminitas del álbum de chocolatinas jet que tienen sus tías, pero ahora en vivo y en directo, reconoce el sonido del agua corriendo justo antes de llegar a los arroyuelos o quebradas por los que pasamos y señala y dice alegremente abua, abua.
Alejandro a un día de cumplir 19 meses me demuestra lo sabio que es, pues el valora lo realmente importante y le da importancia a las cosas que yo a veces dejo pasar sin darme cuenta, ahora el me esta enseñando a no pasar de prisa sin ver todo lo vello que hay a mi alrededor, ahora nos detenemos para mirar las flores, los árboles, el agua, las aves, cualquier insecto por pequeño que sea o cualquier cosa que a el le pueda llamar la atención.
Haci son pues nuestro fines de semana en la casa del abuelo.

jueves, 9 de julio de 2009

Para empezar


Hoy después de pensarlo mucho he decidido publicar mi primera entrada en este blog el cual he creado para plasmar el día a día de mi hijo Alejandro y la enriquecedora experiencia de la maternidad para mi.


Alejandro ya tiene 18 meses y no deja de ser mi sol, mi razón mas grande para vivir y sonreír cada día, educarlo es un reto grande, mas cuando quiero que sea con respeto y mucho amor, muy pegadito a mi, aunque no todo lo que yo quisiera..........


El camino que hemos recorrido en estos 18 meses ha estado lleno de mucho aprendizaje, sobre todo de mi parte, pues mi hijo me enseña cada día lo importante de cada palabra,

cada caricia, cada sonrisa, cada mirada, cada gesto, cada suspiro.


Cuando Alejandro nació sentí desde el primer momento que era el amor mas grande que había tenido y el mas grande que iba a poder tener, quería y sentí dentro de mi, que quería criarlo de una forma muy diferente a lo que para la sociedad actual es lo adecuado y lo correcto, no quería alejarlo de mi ni un instante y a si lo hice hasta que después de tres meses de estar con el las 24 horas del día debí volver al trabajo pues de verdad no tenia otra alternativa, fue doloroso y difícil y aun hoy lo sigue siendo pero por ahora, por razones económicas no hay otra opción.


Quise darle lactancia materna todo el tiempo que el quisiera, los dos primeros días fueron muy dificiles pero después era el momento mas hermoso y mas nuestro, pero por razones que aun me cuestiono y que solo ahora empiezo a entender mi lactancia fracaso a los tres meses y después de volver al trabajo.


Tenia muchas dudas, pues casi nadie apoyaba, que Alejandro durmiera con migo, que le diera teta siempre que el quisiera, que quisiera llevarlo en brazos todo el tiempo, y yo me preguntaba, por que si eso era lo único que yo quería hacer todos lo cuestionaban y lo juzgaban como dañino, es a si como buscando en la web madres que pensaran y sintieran como yo, me encontré con que todo lo que yo sentía y penzaba tenia un nombre y era crianza con apego, en brazos, con respeto con amor.


Ahora estamos en este camino de dejarme guiar por el instinto, por lo natural, de reaprender lo aprendido.........